El 2019 ha sido un año de importantes cambios para el sector inmobiliario.
Se inició estrenando nueva ley hipotecaria, la Ley Reguladora de los Contratos de Crédito Inmobiliario, que tras más de tres años de retraso y un largo proceso de negociación en el Parlamento, se aprobó a finales de diciembre del 2018. La nueva ley, que entró en vigor el pasado mes de junio, nacía con el objetivo mejorar la transparencia en los contratos hipotecarios y dotar de mayor seguridad y protección al consumidor. Por ello, la nueva norma hace responsable a la entidad bancaria de todos los gastos asociados a la hipoteca menos los gastos de la tasación que siguen a cargo del cliente. Este cambio es especialmente relevante ya que, como ya explicamos en nuestro artículo, que el comprador mantenga la titularidad de la tasación es fundamental para proteger su inversión.
Aunque todavía es pronto para conocer si la nueva ley ha logrado los resultados esperados, lo que sí sabemos es que ha provocado un retraso en las operaciones hipotecarias de la segunda mitad de año, afectando los objetivos anuales de los bancos que han iniciado, en el último trimestre, una competición de ofertas entre las entidades.
Después llegó la nueva ley del alquiler, Decreto de medidas urgentes en materia de alquiler de vivienda, tampoco exenta de polémica, que tras meses de negociación y una derogación previa, finalmente entró en vigor en el mes de marzo. Con esta nueva ley del alquiler el legislativo espera controlar la escalada en los precios que se ha venido produciendo en los últimos tiempos, especialmente en las grandes ciudades, y aumentar la protección del inquilino. Sin embargo, muchas voces acusan a la nueva normativa de haber conseguido todo lo contrario al provocar la paralización del mercado del alquiler por las reticencias que ha despertado en los propietarios.
Y es que el 2019 comenzó manteniendo la tendencia general al alza que venía teniendo el sector desde el 2014, como indicaban los datos de compraventa e hipotecas del INE publicados en el primer trimestre y de nuestro estudio sobre los pisos de más de un millón de euros que señalaba el importante incremento que éstos habían experimentado en los últimos años, tendencia motivada principalmente por el atractivo que el inmobiliario español tenía para el comprador extranjero y por un sector de vivienda vacacional en expansión, como demostraron las conclusiones de nuestro Observatorio del Impacto de la Vivienda Turística (OIVT) sobre el precio de la vivienda que presentamos en el mes de septiembre.
Sin embargo, hacia mitad de año la tendencia alcista comenzó a moderarse y muchos expertos, entre ellos la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV) comenzaron a hablar de la desaceleración en el precio para el 2020.
Esta previsión parece haber comenzado a dar las primeras manifestaciones según los últimos datos de compraventa e hipotecas publicados por el INE correspondientes al tercer trimestre, donde se ha observado el mayor descenso del número de hipotecas constituidas sobre viviendas desde el 2015.
Habrá que esperar a los resultados del último trimestre del año para comprobar si esta tendencia a la desaceleración se confirma y se extiende al 2020, ya que según los expertos la entrada en vigor de la ley hipotecaria, y algunos otros factores coyunturales, podrían tener un impacto positivo en los datos de compraventa de final de año.
Estaremos pendientes de las próximas novedades que nos traiga el sector.
Te contamos algunas reformas de distinta envergadura con las que incrementa el valor de tu vivienda y conseguir un mejor precio por ella.
La AEV prevé que el precio de la vivienda seguirá al alza en el 2020 pero con mayor moderación.